A lo largo de la historia, el ser humano enfrentó numerosas emergencias que exigieron sus capacidades al máximo. Como resultado, la especie humana aprendió a trascender en el tiempo y adaptarse al nuevo entorno. Sin duda, hoy en día no estamos lejos de repetir tal dinámica, vivimos un periodo que dejará huellas a lo largo de los años, décadas e incluso siglos.

En la actualidad, se enfrenta una “nueva normalidad”, donde las personas tratan de adaptarse ante la presencia de un enemigo invisible que preocupa y se expresa a través de manifestaciones emocionales como: miedo, ira, sorpresa y estadíos de tristeza. Muchos asumen esta crisis como una oportunidad para reestablecer hogares, trabajos, talentos, sus vidas en general. Otros, en cambio, se encuentran en medio de la tormenta, en la búsqueda constante del bienestar personal, familiar y social. Esta dicotomía se contempla en el análisis profundo e interiorización de lo percibido. Es decir, la interpretación personal  sobre una situación  emergente del mundo exterior.

Este es el momento oportuno para regresar a lo esencial, encontrar aquellos recursos propios y desarrollar estrategias idóneas enfocadas hacia una vida más placentera. Esto proporcionará un afrontamiento psicológico positivo frente a estímulos estresantes. Es necesario realizar una introspección y dar una mirada a lo simple y sencillo. Para finalmente descubrir las grandes maravillas que nos ofrece cada día. 

David Álvarez Illescas

Psicólogo Clínico